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Adidas Adizero XT Boost
Calzarnos las Adidas Adizero XT Boost por primera vez no es tarea fácil. El pie no entra con la facilidad esperada y es que no estamos delante de una estructura clásica. Toca tirar de la polaina y acertar a encajar nuestro pie un la estructura del talón para que éste se deslice con facilidad por la zapatilla. Sin duda requerirá práctica y veremos si el material de la polaina aguanta tanto tirón. Una vez calzadas la sensación es agradable, diferente a todo lo que hemos probado anteriormente. La polaina ejerce una ligera presión, como una malla, sobre nuestro tobillo nada molesta que nos da una sensación de seguridad pero sin limitar nuestra movilidad, rotamos el pie sin dificultad. La sensación sin atar, es similar a la de un escarpín de buceo. Una vez nos las apretamos, la estructura nos coge el pie con firmeza y todo queda en su sitio. La horma parece clásica, acabada en punta pero con suficiente espacio para mover los dedos. Es cómoda, andamos nuestros primeros pasos, mullidos por el Boost y pensamos en salir a correr y sin darnos cuenta estamos en la calle y todo fluye.
Autor: Joaquim Guallar, Pau Olalla
Fecha de publicación: 17/11/2015