En cuanto las tenemos en la mano lo primero que nos sorprende es su ligereza, evidentemente no porque los 320 gramos sean de récord sino porque su apariencia es de robustez, con un upper muy reforzado y un perfil alto, vamos… que parece pesada y no lo es.
Su mediasuela es el centro de atención de esta New Balance Fresh Foam Hierro, con su perfil alto y sus relieves hexagonales a modo de celdas y su estructura en una sola pieza, ahí reside el quid de la cuestión y os hablaremos ampliamente de ella.
La suela que la acompaña no se queda corta, prácticamente plana y con multitaco, dispuesto longitudinal y bidireccionalmente, incluso en el puente, que nos da pistas de su filosofía.
En el upper observamos mucha más protección en comparación a su predecesora, con tirantes laterales, puntera con protector de impactos y talonera con chasis y placa de protección bastante rígida, todo ello suponemos que para mejorar la durabilidad del anterior modelo.
Una vez nos las calzamos, por cierto muy fácilmente, notamos el pie abrazado pero no presionado. La parte de los dedos no es demasiado holgada, podríamos decir que la sensación es de asfaltera, pero donde nos sentimos más sujetos es en el empeine y talón, incluso antes de ajustarnos los cordones y la lengüeta que acaban cerrando perfectamente todo el conjunto.
La sensación es de comodidad, estamos sujetos y confortables, y en cuanto nos ponemos a andar notamos la ligereza que os hemos apuntado y el tacto suave, firme y muy redondo de su amortiguación.
Ya en carrera sorprende la suavidad reactiva de su amortiguación a la vez que notamos el pie firme y guiado.
La transición de la pisada resulta fácil, natural, con una flexión en la parte delantera muy redonda, sin cortes. No nos catapulta hacia adelante pero nos permite correr de antepié/ mediopié sin movimientos forzados.
Creemos, sin miedo a equivocarnos, que estamos ante una auténtica “aguantatodo” incluso si nuestra técnica es inexistente estas New Balance nos van a soportar. Vamos a echarles muchos kilómetros y os vamos a contar si hemos acertado con nuestras cábalas.
Desde que las vi en New Balance solo deseaba calzármelas, y por fin llegó ese momento. “Amigas, no me falléis”, pensé justo antes de meter el pie dentro.
Mi pie entró fácil, aunque tuve que peinar la lengüeta para que quedara bien puesta en su sitio. Tenía en los pies nada menos que las New Balance Leadville v3, ¡guau! Pronto vinieron a mi mente momentos vividos en la Ultra Trail du Mont Blanc con ellas; que momentos... …De vuelta en la tierra, tras las primeras carreras por el pasillo de casa, y las consecuentes broncas familiares, me sorprendió positivamente de esta versión 3 su media suela; la noté especialmente cómoda en el talón, amortiguada, blandita. En la parte delantera era algo más dura, pero bien. Bastante espacio en la zona delantera y un buen ajuste detrás, a priori. En la parte negativa, a primera vista a estas New Balance Leadville v3 les faltaban un punto de acolchados, un poco más de confortabilidad para una zapatilla con la que debería pasar muchos kilómetros seguidos con mi pie dentro.
Después de examinar la zapatilla durante unos 30 minutos, carreras por el pasillo, hincar el diente en la media suela, flexarla, mirar costuras, despiezarla, etc... mi mujer me miraba con cara de “Tómate la pastilla”. ¿Cómo podía explicarle que aquel momento era orgásmico?