El Lupine Neo X2 SC lo podemos subdividir en tres partes: lámpara, batería y cinta aunque, obviamente, ha de trabajar todo en conjunto.
La lámpara es un LED Cree XM-L2 que permite seis saltos de potencia desde los 40 lúmenes (0’3 W) hasta los 700 lúmenes (7 W) a una distancia de 120 metros (certificada bajo es FL1-Standard), alojada en un receptáculo de aluminio 6061-T6 con corte CNC y envuelto todo ello en la pieza plástica negra que queda en el exterior. El cristal frontal es propio de Lupine que trabaja su propia óptica en lugar de utilizar la de otros fabricantes.
En la parte superior tiene un botoncillo de plástico que es el que nos permite configurarlo, encenderlo y apagarlo, variar los modos de funcionamiento, etc. y en los laterales está unido al soporte que lo sujeta a la cinta y que le permite girar hacia abajo algo más de 90 grados y, hacia arriba un pelín 5-10 grados como mucho. Estos giros son continuos, no tiene mecanismo de clics pero se pueden endurecer o aflojar mediante dos tornillos de llave allen.
La unidad de la lámpara es bastante pequeña, un cilindro de tres centímetros de diámetro y tres centímetro de fondo, que pesa tan sólo 50 gramos y dada la robustez del soporte de plástico rígido, queda muy bien fijado y no se nota nada incómodo.
El acabado de esa pieza de sujeción es muy bueno y da sensación de seguridad, algo que no siempre pasa en los frontales que, al manipularlos, lo haces con miedo pensando que se puede romper o soltar. El soporte está ligeramente curvado para hacer la forma de la cabeza y por el interior tienen una pequeña pieza de espuma para que no roce en la frente.
De la unidad de la lámpara sale un cable que va sujeto a la cinta mediante dos presillas y que mide algo más de veinte centímetros para llegar si problemas a la parte trasera donde se encuentra el soporte para la batería del Lupine Neo X2 SC. Lupine comercializa alargadores por lo que existe la posibilidad de adquirir uno de ellos y que la batería no vaya en la parte trasera sino en la mochila, cinturón, etc. aunque, creemos que el peso total del frontal permite llevarlo todo en la cabeza sin problemas.
Las baterías de Lupine son pieza clave y no sólo porque tengan más o menos capacidad y permitan más o menos tiempo de luz sino porque son elementos también pata negra. Es como debe ser porque a veces da pena ver grandes unidades de luz con baterías de baja calidad lo que hace que un frontal que impresione en los números teóricos, a la hora de la verdad no sea realmente útil porque no puedes utilizarlo durante horas con buena iluminación, se te deteriora la batería tras unos cuantos usos, etc.
El Lupine Neo X2 SC que hemos probado tiene una batería SmartCore (de ahí las letras SC del nombre), lo que indica que es una batería “inteligente” o, bueno, que no es una simple batería.
De base, todas las baterías de Li-Ion de Lupine tienen unos buenos sistemas de protección ante tensiones y cargas, están adecuadamente contenidas en carcasas de poliamida y disponen de un pequeño cablecillo que se conecta al frontal o al cargador. Importante recordar aquí la compatibilidad del cable en todos los productos de la marca. La diferencia viene en el hecho de que las SmartCore ofrecen un conjunto de LEDs que indican la carga que tiene y que además se pueden utilizar como iluminación (como luz de posición trasera y, es más, con varios modos de funcionamiento como veremos más adelante).
La batería interna es de Samsung, pesa unos 88 gramos, con unas dimensiones exteriores de unos 8 x 4 x 2’5 centímetros y una capacidad de 2.2 Ah En una de sus paredes tiene una muesca que es la encargada de enganchar mediante un clic por presión en el soporte trasero. Por cierto, este clic es básico para saber si se pone con el cable hacia arriba o hacia abajo porque la primera vez nos quedamos bloqueados sin saber cómo ponerla y, en cuanto lo intentas de las dos formas, te das cuenta de cómo ponerla.
El conector entre la unidad de luz y la batería es propietario de Lupine, robusto y con un mecanismo de unión que deja ambos extremos del cable perfectamente unidos para que no se aflojen ni permitan que entre agua.
Para poder llevar estas dos piezas en la cabeza, el Lupine Neo X2 SC viene con una cinta doble que, además de la que da la vuelta al cráneo, lleva una tira central que pasa por encima de él.
La perimetral mide 2’5 centímetros frente a los dos de la superior y es adaptable mediante dos tensores, uno en la parte derecha y otro en la parte de arriba. Puede parecer una simple “goma de mercería” pero nada más lejos de la realidad porque es gruesa, la cara interna tiene un tacto más suave, con una especie de rizo espeso que está pensado para que no roce y no deslice con el sudor, la tensión es fuerte pero progresiva y tiene todos los rebordes perfectamente rematados para que no hagan rozaduras o se deshilache. No tiene tallas pero nos parecería extraño que hubiera alguien a quien no le sirviera, ni por ser demasiado grande ni por ser demasiado pequeño, no sólo teniendo en cuenta la cabeza del usuario, sino lo que pudiera tener puesto en la cabeza (pañuelos, tubulares, gorras, etc.).
Tanto los soportes como las dos presillas que sujetan el cable por el lado izquierdo son desmontables, bien para poder intercambiarlos, bien para poder lavar la cinta.
Hablando de lavados y remojados, el Lupine Neo X2 SC es “resistente al agua” (waterproof), no sumergible. Es decir, aunque podemos “cantar bajo la lluvia” todo lo que queramos, no es apto para darnos un bañito o ponernos a bucear en un riachuelo que nos toque atravesar.
A modo de recopilatorio, el conjunto completo del Lupine Neo X2 SC marca en la báscula unos 181 gramos que vienen de: 88 gramos de la batería y, del resto, unos 50 gramos corresponden a la unidad de luz y el resto a la cinta y soportes. Peso que, como decíamos, nos parece más que adecuado para llevar en la cabeza porque, además, está bastante bien repartido.
La construcción del Vizz es simple: cinta perimetral elástica y ajustable de 2,5cm, y petaca frontal con los leds y el compartimento para las pilas. Dicho compartimento se abre y cierra con un tornillo de plástico, que lleva una ranura que encaja a la perfección con el plástico que tensa la cinta en nuestra cabeza. Así nunca nos quedaremos sin poderlo abrir por falta de alguna que otra herramienta.
Las pilas que usa este frontal son tres del tipo AAA, y también vienen en el paquete de compra.
El conjunto de cinta y petaca se puede desmontar muy fácilmente, prueba de ello es que se vende con las dos partes separadas dentro del mismo embalaje. Su peso total, con las tres pilas en su sitio, es de 92g, y colocado en nuestra frente ni lo notamos.
En la parte superior de la lámpara es dónde encontramos el único pulsador del Vizz, que servirá para efectuar todas las maniobras posibles.
Princeton Tec ha construido la lámpara a prueba de agua, pudiéndola sumergir hasta 1 metro. No es que lo vayamos a usar buceando, así que para salir a correr en días húmedos, con lluvia o chaparrón inesperado, no habrá problema alguno con él.