SIERRA 5

PROS:

1. Protecciones: Hay cantidad y calidad.

2. Durabilidad: Zapatillas con una larga vida. 

3. Cierta polivalencia: Sin ser para situaciones extremas o terrenos muy específicos.


CONTRAS:

1. Sujeción: En determinados casos resulta insuficiente para mantener la velocidad.

2. Grip en ciertos terrenos: Especialmente si se requiere mordida del terreno.

3. Rigidez: Aunque han mejorado las sensaciones iniciales, no resultan ágiles.

Las Joma Sierra 5 mantienen las principales características de versiones anteriores, destacando que se trata de unas zapatillas solventes para un buen número de salidas, en las que no se requiera de un calzado específico o se pretenda batir las marcas personales.

Sus magníficas protecciones junto a una comodidad para todo tipo de pies, aunque sea a costa de perder algo de sujeción y de flexibilidad, son también elementos definitorios para poder etiquetarlas de polivalentes. Especialmente si somos corredores que no se complican mucho la vida, bien sea porque nos estamos iniciando en el trail o porque disfrutamos con ritmos tranquilos en zonas limpias y secas, que no requieran una suela que le pegue una buena mordida al terreno.

Si bien al principio las Joma Sierra 5 nos parecieron poco dinámicas y excesivamente rígidas, con una amortiguación algo dura, después de dos o tres semanas las sensaciones fueron mejorando. Sin ser zapatillas para trabajar la velocidad ni la técnica del corredor, al acabar el período de pruebas podemos decir que nos hemos hecho buenos amigos, entendiendo bien cuál era su cometido.

Entonces, destacando también la resistencia y durabilidad mostrada de sus materiales, a prueba de bombas, concluimos que las Joma Sierra 5 para nosotros han mejorado con el tiempo, como se dice de los buenos vinos. Así, tenemos por un precio muy razonable zapatillas para rato, que podremos utilizar en muchas salidas en las que simplemente acumulamos kilómetros y experiencia, aunque no tengan nada de épicas, pero que acaban siendo buena parte de los entrenos realizados.

Que las Joma Sierra 5 son un calzado contundente salta a primera vista, con un upper muy elaborado (sistema FLEXSHIELD), lleno de protecciones y remates semi rígidos o plásticos, así como por la media suela que nos eleva unos 3 cm del suelo. Tienen una buena estructura, con una zona del talón acolchada y muy consistente, aunque la parte delantera del upper resulta flexible.

De su interior destacamos una horma amplia, apta para pies anchos, junto una lengüeta totalmente elástica (combinación de nailon y elastano, que parece neopreno) y que está cosida a los laterales, quedando fijada y otorgando una protección a modo de segundo calcetín, evitando la entrada de tierra o piedras al interior. Además, la lengüeta no tiene acolchados, que resulta toda una novedad en esta versión, lo que permite un mayor espacio interior en la zona del empeine.

Por otro lado, no son unas zapatillas para buscar velocidad, pues resultan algo pesadas (en talla 9 US nos salen 355 gramos), con cierta rigidez y 10 mm de drop. Como contrapartida al amplio espacio disponible que se ha indicado, no destacan por una sujeción notable, aunque en última instancia eso depende de la morfología de cada pie. Por eso hemos disfrutado más en salidas a un trote cómodo, ritmos que no busquen ir al límite de cada uno, y lejos de situaciones comprometidas que requieran de una buena precisión.

La combinación resultante de lo indicado hasta aquí es que encontramos en las Joma Sierra 5 un calzado confortable, que nos otorga protección por encima de todo. Estas características hacen que los corredores de cierto peso, así como quienes padezcan por la integridad de sus pies al correr por el monte, como bien podrían ser los que están comenzando, sean los primeros destinatarios de las Joma Sierra 5.

A su vez, cierta polivalencia hace que estas zapatillas nos hayan servido para afrontar gran cantidad de entrenos, que no requieran de unas características muy específicas. No hace falta tener una depurada técnica de carrera, ni mucho menos. Esas salidas en las que podemos encontrar un poco de todo, pero sin pasarse. Entrenos de volumen, cuya única pretensión sea acumular kilómetros y experiencia, también serán un buen destino para estas Joma Sierra 5.

Hemos hecho mención ya a la prominencia de la media suela, que consta de la doble amortiguación del sistema BOUND REACTIVE, consistente en un material termoplástico que absorbe el impacto y facilita el despegue en cada pisada. Además, tenemos una plantilla de EVA, con un grosor de 2mm, para redondear la protección de la planta del pie.

Así las Joma Sierra 5 cuentan con una buena amortiguación que, pese a no ser blanda, no ha mostrado una buena reactividad en el desarrollo de la carrera, aunque con el transcurso del tiempo las sensaciones han ido mejorando. El drop de las zapatillas, junto a un rocker poco pronunciado, nos hacen correr sin desarrollar un ritmo muy fluido o dinámico para mantener durante muchas horas. Si bien la protección resulta incontestable, se penaliza la agilidad percibida por el corredor. 

Por ello, en salidas de corta y media distancia es donde nos hemos encontrado mejor con las Joma Sierra 5, en las que la fatiga acumulada no llega a impedirnos mantener cierta chispa de carrera. Claro que nos hemos cansado, pero todavía se podía correr con una postura digna.

Consideramos que para la mayoría de corredores será ideal moverse entre los 20 km y 40 km, aunque será mejor acercarnos más a la primera cifra. Hablar de largas distancias o ultras, que requieran pasar de las 6-8 horas, nos parece excesivo para las Joma Sierra 5, pues con el cansancio acumulado perderemos fluidez, especialmente si pretendemos mantener un ritmo de carrera que no decrezca de forma notable.

Además, en salidas largas, así como con temperaturas elevadas, vamos a echar en falta algo más de transpirabilidad. Las protecciones que cubren el upper impiden, lógicamente, una buena ventilación interior, que se traduce en una mayor pérdida de comodidad, ya de por sí inevitable por la acumulación de horas. Las malas sensaciones siempre acaban llegando, pero que sea lo más tarde posible.

Con un upper que muestra cierta agresividad, las Joma Sierra 5 tienen una suela con pequeños tacos de poca prominencia (unos 3 mm), con tres puntas y una disposición que facilite el agarre tanto en subidas como bajadas. Diseño que ya nos indica la mejor predisposición para terrenos secos y compactos.

En el desarrollo de las pruebas realizadas en superficies sin gran dificultad técnica, la tracción lograda ha sido buena, permitiendo correr de forma cómoda y sin perder velocidad pese a los contados obstáculos que podíamos encontrar. Además, gracias a las magníficas protecciones del upper, no hay que temer por nuestros pies ante roces o algún golpe.

Las buenas sensaciones se han mantenido cuando hemos pasado a zonas más complicadas, siempre que nos moviéramos en superficies duras, tales como canchales de piedras grandes y zonas kársticas. La protección de la media suela y la rigidez del cuerpo de las Joma Sierra 5 han ayudado a movernos por ahí, aunque la falta de una óptima sujeción de los pies en el interior de las zapatillas nos hacía perder algo de seguridad, teniendo que adaptar nuestro ritmo de carrera.

En terrenos blandos, de hierba, tierra suelta o de gravilla fina, la pérdida de agarre se ha hecho perceptible, siendo mayor si le añadimos algo de inclinación o pendiente. Aquí la rigidez se ha vuelto en nuestra contra, perdiendo tracción y estabilidad, que nos ha conllevado alguna que otra torcedura de tobillo, especialmente al tratar de mantener una cierta velocidad.  De modo similar, también debemos andar con cuidado en zonas húmedas o si salimos a correr bajo la lluvia, pues tampoco son terrenos idóneos para las Joma Sierra 5, donde deberemos adaptar nuestro ritmo para sentirnos seguros, sin buscar el límite de nuestras posibilidades en carrera.

En esos casos no ayuda la buena protección que hemos ido mencionando, pues si bien evitamos posibles males debido a irregularidades del terreno, dicho aislamiento hace que nos falte percepción del mismo, lo que significa que hay que poner mayor atención en zonas así, aún más si realizamos giros bruscos o nos desplazamos lateralmente, donde la precisión en cada pisada resulta fundamental para evitar caídas.

La durabilidad de las Joma Sierra 5 ha resultado ser uno de sus puntos fuertes, tras las seis semanas de pruebas realizadas con ellas. No dudamos de la buena calidad de los materiales utilizados en su elaboración.

El upper contundente y robusto ha cumplido perfectamente con su cometido, protegiendo el pie de impactos del exterior, y saliendo indemne en todas las ocasiones. Ni roturas, ni roces o desgastes se aprecian en todo el tejido, como tampoco se han despegado o descosido las protecciones superpuestas a él. La parte interior del habitáculo también se mantiene en plena forma, sin que el roce o fricción del pie haya hecho mella en los acolchados o alguna parte del tejido interior.

En relación a la suela de las Joma Sierra 5, si bien se aprecia cierto desgaste en los tacos que han sufrido mayor impacto en la pisada (situados en la parte del talón), se puede considerar acorde a los kilómetros recorridos, y más teniendo en cuenta las jornadas sobre terrenos especialmente abrasivos, que han dejado también parte de la media suela rasgada por el roce de las piedras.

Como nota final, podemos destacar que las sensaciones percibidas por el corredor han ido mejorando con el transcurso de las semanas. Seguramente nos hemos ido adaptando a las Joma Sierra 5, conociendo bien cuándo y para qué utilizarlas, pero la cuestión es que han sido unas de esas zapatillas que cuanto más las utilizas más te gustan.