REFLEX BELT

PROS:

1- Gran capacidad de carga: Nada que envidiar a algunas mochilas.

2- Accesibilidad en carrera.

3- Versatilidad: Buen funcionamiento con poca o mucha carga.


CONTRAS:

1- Ausencia de compartimentos estancos o protegidos.

2- Leve desplazamiento de los palos en carrera.

3- Si llevamos palos, prácticamente perdemos el bolsillo trasero.

En el Instinct Reflex Belt hemos encontrado un cinturón de construcción sencilla pero eficiente. Gracias a su diseño, resulta muy destacable también la facilidad de acceso a todos los compartimentos, incluso en carrera y sin tener que perder ritmo.  Por otro lado, la elasticidad del tejido hace todo el trabajo para fijar el material, de manera que no se produzcan rebotes, ni haya que temer por perder algún objeto. Todo eso en 96 gramos de cinturón.

La magnífica capacidad del Instinct Reflex Belt nos ha permitido cargar suficientes cosas para gran variedad de salidas por la montaña, sin necesidad de contar con una mochila. No solo objetos pequeños (teléfono, llaves, geles o barritas, guantes, tubular…) sino también (aunque no todo a la vez) frontal, ropa de abrigo, chaqueta impermeable, palos e, incluso, se puede cargar con más de un litro de agua. Eso sí, en carrera sigue siendo perfectamente útil si llevamos lo mínimo necesario, sin ir cargados hasta arriba.

La presión que ejerce sobre la cintura-abdomen del corredor nunca nos ha resultado molesta. Se puede repartir de forma bastante equilibrada la carga, para que dicha presión sea uniforme. Más bien al contrario, con el paso de los kilómetros te olvidas del cinturón, si bien en alguna ocasión se ha producido un ligero desplazamiento hacia la zona del vientre -como si el cinturón se acabara de amoldar a nuestro cuerpo-, pero en ningún caso ha supuesto un problema para seguir con nuestra marcha.

Por tanto, sea en entrenos o carreras, podemos optar por el Instinct Reflex Belt en disparidad de salidas, sin dudar. En el caso de ultras o larga distancia, también es una interesante opción como complemento a una mochila, llevando en el cinturón las cosas que seguro vamos a ir necesitando, como agua, alimentación o los palos.

Para empezar, no ha de ser difícil encontrar el cinturón que sea acorde a nuestro cuerpo. Contamos con cinco tallas distintas, y en la web del fabricante tenemos los detalles para saber cuál de ellas será la nuestra. En el caso de la presente review, el probador estaba entre una S y una M, optando por esta última, pues el diseño del Instinct Reflex Belt es más bien ajustadito… y no parece que nos hayamos equivocado.

Obviamente, el tejido es elástico, ejerciendo la presión justa alrededor de toda la zona superior de las caderas y el bajo vientre. Decimos justa porque se nota (¡se tiene que notar!) pero queda repartida de forma uniforme y una vez en carrera te vas olvidando de ella, sin que en ninguna ocasión haya supuesto un problema. El tacto es agradable, aunque se aprecia un tejido consistente, sin puntos rígidos o duros que hayan causado roces pese a llevarlo durante varias horas. Eso sí, sin contacto directo con la piel, mejor sobre los pantalones y camiseta.

Uno de los puntos críticos de los cinturones es la sujeción al cuerpo en carrera. Es decir, si sobre la marcha va a ir moviéndose, generalmente subiéndose o arremangándose a la parte media del vientre y evitando la zona más ancha de las caderas, produciendo así un rebote que hace inviable continuar la carrera sin parar a recolocarlo. Si bien es cierto que eso dependerá en buena medida de la morfología de cada uno (y de cada una), el Instinct Reflex Belt ha sido de moverse más bien poco: Solamente hemos apreciado un ligero desplazamiento en los primeros compases de la carrera hacia arriba, justo hasta cubrir la zona del ombligo, en el caso de llevar poca carga y, especialmente, si vestíamos tejido holgado (suponemos que por las arrugas que se generaban). En todo caso, no desmerecemos con eso la buena valoración que merece este cinturón en cuanto a su comportamiento a lo largo de las pruebas, pues ese desplazamiento nunca supuso que se perdiera el ajuste al cuerpo.

Hemos realizado salidas a plena carga que, como veremos después, no es poca y también cargando lo mínimo (un teléfono, llaves y algún gel), y el denominador común siempre ha sido el nulo rebote de la carga. En eso el Instinct Reflex Belt muestra una versatilidad inmejorable, apto para todo tipo de salidas, rozando la perfección. Decimos rozando porque solamente pondremos un “pero”, y va en relación a la carga de palos en carrera, ya que en alguna ocasión hemos apreciado una tendencia a desplazarse poco a poco hacia uno de los laterales, teniendo que centrarlos cada cierto tiempo. Nada grave, pues no han llegado a caerse ni a rebotar de forma molesta, por lo que no ha supuesto una pérdida de prestaciones en carrera ni un problema el recolocarlos en marcha, aunque cada 15-20 minutos debíamos estar atentos a su ubicación.

También resulta destacable la facilidad de acceso en carrera a todos los compartimentos, sin necesidad de pararnos ni prácticamente alterar nuestro ritmo. No ha hecho falta agachar la cabeza para mirar donde metíamos las manos, pues en seguida nos hemos acostumbrado a hacerlo de forma automática, casi sin pensar, y en un instante teníamos lo que buscábamos (si sabíamos donde lo habíamos guardado). Es importante todo esto si vamos a llevar geles o comida, así como hidratación, pues en carrera tendremos que ir accediendo a los compartimentos de forma regular.

Por último, debemos señalar que todo el cinturón está elaborado con poliéster, y el tejido no es nada tupido sino tipo malla, permitiendo una buena transpirabilidad, así como evitando la acumulación de olores, pese a realizar varios usos sin lavarlo. Eso sí, la contrapartida ha sido la falta de protección para los elementos que cargábamos, quedando totalmente expuestos a la lluvia o nuestro sudor. Así que mejor proteger con bolsas aquello que sea especialmente sensible (como el teléfono móvil).

En cuanto a compartimentos se refiere el diseño del Instinct Reflex Belt aúna dos virtudes: sencillez y gran capacidad. Ninguno de los 6 compartimentos cuenta con cremallera u otro sistema de cierre, ni falta que le hace pues solamente con la presión ejercida por el tejido contra el cuerpo ha sido suficiente para asegurar toda la carga. Si hacemos mención a su distribución, encontramos dos superpuestos en la parte frontal, dos pequeños en los laterales (uno en cada lado) y otros dos en la parte dorsal, siendo uno de ellos de diseño tubular para ubicar los palos.

Los dos de los laterales, con una disposición vertical (14cm x 6cm), nos han parecido ideales para guardar geles y barritas, sin descartar cualquier objeto más bien pequeño. Dicho lo anterior, en la parte frontal y dorsal tenemos los grandes compartimentos: Tres bolsillos de unos 14cm x 27cm y el espacio para los palos.

En cuanto a los dos bolsillos delanteros, destaca que el más externo tiene el acceso por una de las esquinas, quedando una obertura en la que pasa justo una mano (sin problemas, gracias a la elasticidad del tejido), en tanto que el compartimento interior tiene su obertura por toda la parte superior. Además, el tejido que separa a ambos es de un color diferente, para que podamos distinguir de forma visual a cuál de ellos estamos accediendo. El bolsillo exterior, al tener un acceso más cerrado, está pensado como “bolsillo de seguridad” para guardar lo que no queramos perder bajo ningún concepto. Si bien, insistimos, en ningún caso hemos temido por perder algún objeto gracias al eficiente cierre de todos los compartimentos simplemente por la elasticidad del tejido.

En la parte trasera, y pegado al cuerpo, tenemos otro bolsillo grande idéntico a los de delante, sobre el que tenemos el compartimento de forma tubular para los palos. A este último se accede por ambos laterales, que cuentan con unas bandas de silicona para evitar el rebote y movimiento de los bastones en carrera. Aunque si utilizamos este último, la presión de los palos (para quedar bien sujetos) hace casi imposible acceder al otro compartimento. Eso ha significado que, en la práctica, hayamos renunciado a cargar material en el bolsillo trasero si optábamos por llevar palos.

De todos modos, gracias a su gran capacidad hemos podido cargar de todo. En cuanto a hidratación, sin problema ha cabido un soft flask de 500 ml en uno de los compartimentos grandes; según el fabricante caben también los de 600 ml, y no lo dudamos. Además, han tenido capacidad para casi cualquier cosa que se nos ha ocurrido: chaquetas cortavientos o membranas impermeables, una camiseta, frontales…


Así, las diferentes combinaciones de carga nos han permitido salir siempre con teléfono móvil, llaves y un par de geles, a lo que añadíamos (según el tipo de entreno) otras cosas. Sirvan de ejemplo algunas de las combinaciones probadas:

- Modo “hidratación”: Dos soft flasks de 500 ml.

- Modo “invierno” o “mal tiempo”: Membrana impermeable, guantes, tubular y un frontal.

- Modo “kilómetro vertical”: Un soft flask y los palos.


En fin, las posibilidades son muy variadas y nos permiten cubrir las necesidades de muchos entrenos o carreras, sin tener nada que envidiar a las mochilas pequeñas. 

Para facilitar el acceso a todos los compartimentos, cada uno de ellos cuenta con un tirador reflectante, por lo que, además, seremos vistos en la oscuridad por todos los lados. Por último, debemos mencionar el sistema porta dorsales que tiene la parte frontal del Instinct Reflex Belt, consistente en dos gomas que se cierran mediante un pequeño cierre tipo mosquetón.

Tras todo el período de pruebas, que han ido variando en cuanto a la carga utilizada como las horas de uso, no se aprecian muestras que pongan en duda la calidad del material con el que está elaborado este Instinct Reflex Belt.

El tejido mantiene su buena elasticidad, permaneciendo ajustado al cuerpo, a la vez que permite un rápido y sencillo acceso a todos los compartimentos. Tampoco se han producido descosidos ni se ha deshilachado, sin que el roce haya hecho mella en el mismo. El Instinct Reflex Belt no ha acumulado malos olores (si bien no hemos realizado las pruebas en época de calor) por lo que se puede reducir el número de lavados, lo cual alargará más su vida.

La única muestra de desgaste producido en las pruebas ha afectado a la pintura con el que está escrito el logo de la marca (en los dos laterales), pues ha comenzado a saltar. Pero se trata simplemente de un adorno, sin afectar a las prestaciones del cinturón.