BARE-GRIP 200

El modelo que aquí se analiza se presenta dentro de la línea zero drop con que la marca inglesa presenta productos con total ausencia de drop y de entresuela de acuerdo con los estándares de la corriente del barefoot running.

Las Bare-Grip 200 son un nuevo modelo de barefoot trail running que presenta la marca Inov8, una compañía inglesa que goza de gran prestigio en el mundo anglosajón (Reino Unido y Estados Unidos) pero que en nuestros lares solamente encontraba notoriedad en el mundo de las carreras de orientación. Inov8 fabrica todo tipo de productos de running, especialmente zapatillas, pero está especializada en trail y outdoor en general.

Para escribir este review hemos probado el modelo durante cuatro semanas en las que se han recorrido con ellas cerca de 150 km. Para ser probadas en todo tipo de terreno, han sido utilizadas en parte de una travesía de 3 días por el GR11 (entre la Cerdanya y la Ribagorza) que, pese a haber sido realizada en verano, debido a la alta nivosidad de este año, ha permitido un gran test sobre el terreno.

La contemplación y manipulación de estas zapatillas sorprenden por su gran ligereza y su extrema flexibilidad. Pesan 200 gramos (10.5 USA) y son espectacularmente deformables. Pero la gran sorpresa se encuentra en la suela: posee unos tacos pronunciadísimos e inusuales en zapatillas de estas características y, al mismo tiempo, mantiene su flexibilidad. También llama la atención la forma de la puntera, ciertamente orientada hacia arriba para facilitar la tracción.

El diseño en negro y verde resulta elegante y poco colorista. La zapatilla en sí se compone de una rejilla de malla verde de grano fino y de una suela de goma negra muy voluminosa pero más flexible de lo que aparenta en un primer momento. Estas dos partes se unen mediante una goma mucho más porosa en la parte anterior, de consistencia granulada, y mediante unas tiras finas de plástico muy fino pero resistente que unen la suela a la zapatilla en toda la parte posterior y, además, conectan la suela con los ojales de los cordones, hecho que sugiere una buena sujeción del pie. La suela presenta unos tacos cuadrados o pentagonales en toda su extensión, especialmente en el borde (donde además son un poco más profundos) pero también en el centro de la suela. Una incisión en la parte frontal de la suela (en el eje de torsión) facilita el movimiento de tracción de la zapatilla.

La lengüeta está totalmente separada del resto de la zapatilla. Se trata de una lengüeta fina y poco ancha, pero que protege satisfactoriamente bien al empeine de presiones indeseadas de los cordones o de eventuales impactos de piedras, rocas o raíces. No posee ningún sistema de ocultación de los cordones o de polainas anti-piedras.

El sistema de cierre de las zapatillas es tradicional: Inov8 confía en los cordones tradicionales. Los cordones transmiten la tensión del lazado a toda la zapatilla a través de las protecciones de plástico laterales que conectan los ojales con la suela. Se proporcionan unos cordones de naturaleza rugosa (cordones tubulares), hecho que asegura la durabilidad del lazo efectuado. La correcta sujeción del pie dentro de la zapatilla parece bien asegurada.

La transpirabilidad de la zapatilla viene garantizada por las zonas de fina rejilla que se combinan con las protecciones y, como de costumbre, es inversamente proporcional a su impermeabilización. Cabe decir que el uso de estas zapatillas en zonas mojadas ha permitido constatar su poca impermeabilidad pero un secado muy eficaz, ya que la propia pisada expulsa el agua por la rejilla de malla.

Las zapatillas poseen una puntera bien protegida (la suela de goma recubre la parte frontal del pie) pero mantiene algunas zonas cubiertas únicamente de rejilla, sobretodo en los laterales, por lo que permite cuestionar cuán protegido está el pie en zonas técnicas de roca desnuda.

Las primeras sensaciones cuando nos calzamos las Bare-Grip 200 son acordes con la ligereza que aparentan y se adaptan al pie satisfactoriamente. Poseen una horma ciertamente poco ancha, pero su flexibilidad permite que se adapten a pies de todo tipo. El pie percibe perfectamente las rugosidades del terreno, e incluso se aprecia la contundencia de los tacos cuando se pisa terreno duro.

Para valorar el comportamiento de las zapatillas en el terreno, al tratarse de un modelo tan especializado, tenemos que discriminar en función del tipo de suelo que se pisa:

- El comportamiento en hierba es excelente: el agarre de los tacos tan pronunciados permite correr en todas las circunstancias, aunque esté mojada y en descenso.

- El comportamiento en barro es igualmente excelente por las mismas razones.

- El comportamiento en roca es ambivalente: por un lado, el agarre es muy bueno y permite, juntamente con la buena sujeción y con la sensación de ligereza que transmiten, unos descensos vertiginosos. En el taqueo se comprueba este buen agarre. La única pega viene por la reiteración de contacto con suelo duro: al cabo de las horas, si no eres un fundamentalista del barefoot running, se percibe demasiado la dureza de los tacos en la zona de recepción (ya sea esta frontal o posterior), y se echa en falta un poco de amortiguación.

- El comportamiento en asfalto es muy malo, de acuerdo con la especialización de este modelo. La contundencia de los tacos y la inexistente amortiguación impiden recorrer grandes trechos de asfalto, pese a que si se trata de aproximaciones cortas no presentan grandes problemas.

- El comportamiento en nieve ha resultado una agradable sorpresa: en el paso de collados altos del GR11 (profusamente nevados en este año de nieves perpetuas) el taqueo de las Bare-Grip 200 ha resultado un aliado inesperado, tanto que me hizo guardar en la mochila los minicrampones que llevaba para superar la nieve helada de la mañana, incluso en terrenos con pendiente acusada. Una cordada alpinista que remontaba la nieve helada del Port de Baiau (entre Andorra y el Pallars), me preguntó a gritos qué llevaba en los pies que me permitía bajarlo corriendo, mientras que ellos llevaban piolet y crampones.

El perfil de las Bare-Grip 200 presenta un drop nulo y, consiguientemente, unas sensaciones de estabilidad y adherencia muy valorada en terrenos técnicos. Ello presenta los lógicos inconvenientes de falta de amortiguación y de dureza. Para alguien no convertido totalmente al barefoot running, tal como hemos dicho, las zapatillas no permiten recorrer muchos kilómetros por terreno duro. De hecho, en la ruta por el GR11 iba combinando este modelo con otro más amortiguado para los tramos de transición (asfalto, pista dura o, incluso, zonas continuadas de roca desnuda).

Los principales pros de este modelo se podrían resumir en las siguientes frases:

- Permiten correr por terrenos técnicos de acuerdo con la modalidad del barefoot running, que potencia la propiocepción y el trabajo anatómico directo del pie.

- Presentan un taqueado espectacular que se muestra tremendamente eficaz en terrenos blandos.

Los contras derivan de las contrapartidas de su taqueado y de su nulo drop:

- Se muestran poco propicias para los terrenos duros, especialmente para el asfalto.

- Su ausencia de entresuela y su dureza de suela la contraindican para carreras de largo recorrido.

Se trata de una zapatilla muy especializada que presenta una especial idoneidad en las siguientes situaciones:

- Corredores de todo tipo en distancias cortas por terreno blando (hierba, barro o nieve)

- Adeptos al barefoot running que quieran salirse de los caminos.

- Corredores de orientación que contemplen la posibilidad de correr con zapatillas de drop nulo.

Por el contrario no se trata de la zapatilla más indicada en:

-Corredores pesados que requieran zapatillas bien amortiguadas.

- Corredores de todo tipo en trails por terrenos duros.

- Corredores de todo tipo que quieran afrontar un trail de larga distancia.

Con respecto a la durabilidad de estas zapatillas, cabe afirmar que el periodo de prueba no permite establecer conclusiones demasiado concluyentes. Pese a ello, podemos afirmar que los kilómetros totales efectuados no han hecho perder resolución al taqueado ni han afectado a la rejilla de malla.