BARE-GRIP 200 - 2014

Las primeras sensaciones que uno tiene al calzarse las Inov-8 Bare-Grip 200 son esencialmente positivas: el upper envuelve el pie con una suavidad que enamora. Al ser la rejilla tan flexible y al no poseer ningún tipo de rigidez, la sensación de guante es total. La percepción del taqueado en los primeros pasos resulta empero inquietante: al poseer unos tacos tan profundos y tan separados los unos de los otros en la suela (y en ausencia de entresuela), la primera sensación es de ir montado sobre los tacos, pese a que desaparece pronto a la que uno se acostumbra.
La rejilla que conforma todo el upper de la zapatilla es ligeramente más gruesa que en la versión precedente de este modelo. Parece que Innov-8 persigue fortalecer la durabilidad y la protección del pie con esta medida, y vamos a comprobar si ello va o no en detrimento de la transpirabilidad.
Seguimos percibiendo a las Bare-Grip 200 como unas de las zapatillas de trail más ligeras. La sensación de correr con ellas es realmente interesante por su liviandad.

Las Bare-Grip 200 - 2014 son una actualización de un modelo de barefoot running con el que la compañía inglesa Inov-8 anuncia que persevera en esta corriente que defiende la naturalidad y las bondades de correr con zapatillas minimalistas, sin apenas amortiguación y con un drop nulo. Ello es en sí toda una declaración de principios, ya que la vigencia de este tipo de zapatillas es uno de los temas de discusión más manidos actualmente en el mundo del trail running: después de haber revolucionado el mercado en los últimos cinco años a partir de la "conversión" de corredores mas o menos mediáticos y, sobretodo, de la publicación y difusión del libro de Chris McDougall "Nacidos para correr", en las nuevas colecciones de zapatillas que presentan actualmente las distintas marcas se observa un menor entusiasmo por los modelos "barefoot". Más que el fracaso que ha sido anunciado en ciertas ocasiones (y a veces con un feroz ensañamiento), la contención del fenómeno parece que obedece a algo que ya intuíamos desde el inicio: el barefoot running no sirve para todos los corredores y, a partir de experiencias fracasadas, las marcas optan por disminuir o eliminar modelos "barefoot", en una conclusión lógica por el encogimiento del mercado. No es este el caso de Innov-8, una marca inglesa que poco a poco va adquiriendo en nuestros lares el prestigio del que goza en el mundo anglosajón (Reino Unido y Estados Unidos), que sigue apostando por zapatillas deliberadamente minimalistas. Inov-8 fabrica todo tipo de productos de running, especialmente zapatillas, pero está especializada en trail y outdoor en general.
Cabe decir que no observamos demasiadas diferencias entre esta versión del modelo Bare-Grip 200 y su predecesor, que salió al mercado hace un par de años. Aparte de la renovación en los colores (se abandona el característico verde pistacho por un azul marino más discreto pero que mantiene su agresivo diseño), la marca anuncia cambios en la rejilla que conforma la zapatilla y en su durabilidad. Pero sigue siendo esta zapatilla ligerísima y superflexible ideal para agarrarse como cabras montesas en terrenos poco amables que ya conocíamos.
Nos seguirá seduciendo la sensación de correr casi descalzo por la naturaleza? Insistiremos en correr con zapatillas de drop 0 ahora que tanto se cuestiona? Para contestar estas preguntas tenemos con nosotros unas de las zapatillas más representativas de esta corriente y vamos a probarlas a fondo. Hemos corrido con las Inov-8 Bare-Grip 200 durante un par de meses en salidas montañeras de todo tipo y con todo tipo de terreno (mixto, roca, barro, nieve...).

La principal característica de las zapatillas Inov-8 Bare-Grip 200 es su ausencia de media suela, de acuerdo con su corte minimalista o "barefoot", hecho que confiere a este modelo una increíble ligereza y una extrema flexibilidad. Pesan tan sólo 200 gramos (10.5 USA) y son espectacularmente deformables, tanto en el upper como en la suela y hasta el punto en que podemos enrollarla sobre sí misma como si fuera un ovillo.
La zapatilla presenta un sensible rocker (2 cm) para facilitar la tracción.
Tal como ya hemos afirmado y como corresponde a una zapatilla purista del barefoot running, la amortiguación es nula tanto en la parte delantera como en la trasera y el drop es cero. La sensibilidad del terreno resulta por ello extrema: la inmediatez con la que percibimos la recepción convierten a esta zapatilla en una perfecta herramienta para descensos técnicos. De hecho, nos ha encantado circular con las Bare-Grip 200 por cualquier tramo difícil por su fiabilidad. El único interrogante que nos plantean es la protección efectiva de la suela del pie en terrenos con salientes o piedras afiladas: el impacto de los metatarsos o del talón en el suelo (precisamente por la sensibilidad a la que aludíamos) puede llegar a ser doloroso.
Correr con drop 0 es una sensación muy sugerente y que implica una transición de la pisada más larga (y que modifica sensiblemente la manera de correr). Pese a que no somos puristas del barefoot running, usar zapatillas con drop cero en algunas salidas nos encanta para fortalecer todos los músculos de la planta del pie (y de esta manera blindarnos contra las temidas fascitis plantares) y también como un buen ejercicio de propiocepción.
Por otra parte, parece evidente que la marca ha reaccionado a las críticas sobre la rigidez del talón del modelo precedente, ya que en la versión 2014 éste es mucho más flexible, aunque sigue manteniendo un cierto grado de rigidez que ha resultado suficiente para proteger tan delicada parte del pie.

La lengüeta de las zapatillas Inov-8 Bare-Grip 200 está totalmente separada del resto de la zapatilla y aparece unida solamente por su parte inferior. Se trata de una lengüeta bastante acolchada, especialmente si la comparamos con la del modelo Bare-Grip 200 anterior, que era fina y poco ancha. En este modelo se ha optado por una lengüeta más protectora del empeine de presiones indeseadas de los cordones o de eventuales impactos de piedras, rocas o raíces. No posee ningún sistema de ocultación de los cordones o de polainas.

Inov-8 confía en los cordones tradicionales como sistema de cierre. Los cordones (de naturaleza tubular) transmiten la tensión del lazado a toda la zapatilla a través de las mencionadas protecciones de plástico laterales que conectan los ojales con la suela. La correcta sujeción del pie dentro de la zapatilla resulta de este modo bien asegurada, hecho importante en una zapatilla tan flexible. En terreno fangoso las Bare-Grip 200 se mantuvieron siempre bien sujetas al pie.
Se proporcionan unos cordones de naturaleza rugosa, hecho que asegura la durabilidad del lazo efectuado. En algún caso los cordones se nos han desabrochado en plena marcha pese a realizar un doble lazo, con la consiguiente engorrosa necesidad de detenernos.
La sensación de sujeción en el talón es perfecta, pero no podemos decir lo mismo del upper: al ser tan flexible, en algunas recepciones en pendiente muy ladeadas, aparece con frecuencia la sensación de cierto desplazamiento del pie hacia la pendiente. Seguramente se trate de un problema relacionado con la costumbre, pero lo cierto es que la mayoría de zapatillas tienen unas protecciones en el upper que nos han acostubrado a unas sensaciones de sujeción superiores a las de las Bare-Grip 200.

Cada zapatilla Inov-8 Bare-Grip 200 posee solamente tres costuras en el upper: las dos que sujetan el talón y otra en la parte interior. Todas ellas son absolutamente imperceptibles desde el interior.
Tanto el talón como toda la zona que rodea el tobillo presenta un sensible acolchamiento que confiere una mayor comodidad a la zapatilla.
Las protecciones que presenta la Inov-8 Bare-Grip 200 van de acuerdo con su opción minimalista: además de un sutil sobrealzamiento de la suela en la zona frontal y en los dos laterales, encontramos una banda de material rugoso de color negro que aporta unos milímetros de ligera protección lateral en la zona frontal, unas líneas de plástico duro que cubren la parte posterior (que se extienden desde la suela hasta los ojales de los cordones) y una estructura de talón ligeramente acolchada y con refuerzos del mismo plástico. Todo ello aporta una protección bastante justita, ya que los impactos de los laterales del pie no nos han evitado algunos encontronazos dolorosos, pero en contrapartida cabe decir que esta protección no resulta nada intrusiva, ya que apenas afecta a la flexibilidad de la zapatilla y a la sensación de que llevamos en el pie la mínima expresión de calzado. Un pequeño problema al que ha costado unas cuantas salidas acostumbrarnos es al contacto del pie meñique con la protección lateral de plástico, que provocaba ciertas rozaduras. Ello acontece por poseer un pie relativamente ancho.
Por otra parte, el modelo en cuestión aporta una plantilla poco envolvente que alcanza un grosor máximo de tan sólo 3 mm.

La transpirabilidad de la zapatilla Inov-8 Bare-Grip 200 ha resultado suficiente gracias a las zonas de fina rejilla que se combinan con las protecciones. Pese a ello, el incremento del grosor de la rejilla en comparación con la versión anterior ha empeorado sensiblemente este comportamiento y en alguna salida hemos notado la desagradable sensación de llevar el pie mojado. Por lo que se refiere a la impermabilidad del modelo, cabe decir que el uso de estas zapatillas en zonas mojadas ha permitido constatar su poca impermeabilidad pero un secado muy eficaz, ya que la propia pisada expulsa el agua por la rejilla de malla. El agua penetra facilmente en la zapatilla cuando se transita por hierba mojada o por barro.

Las zapatillas Inov-8 Bare-Grip 200 presentan una suela espectacular, concebida según el sistema Meta-flex, que combina resistencia y flexibilidad. Se trata de una sola pieza de goma con unos tacos con forma de pequeños cuadriláteros realmente prominentes (cerca de 1 cm en sus zonas extremas) y bastante separados entre sí. En la suela existe una línea de torsión que posibilita una mejor tracción.


Los tacos presentan una flexibilidad encomiable, hecho que aporta un grip realmente bueno en todos los terrenos. Hemos utilizado las Inov-8 Bare-Grip 200 en todo tipo de recorridos y el resultado ha sido francamente bueno:

- El comportamiento en hierba es excelente: el agarre de los tacos tan pronunciados permite correr con seguridad en todas las circunstancias, aunque esté mojada y en descenso.

- El comportamiento en barro es igualmente excelente por exactamente las mismas razones. Además, la separación existente entre los distintos tacos provoca que se acumule o adhiera muy poco material en ellas.

- En roca las Inov-8 Bare-Grip 200 mantienen las buenas prestaciones: debido a la flexibilidad del material, el agarre es excelente y permite, juntamente con la buena sujeción y con la sensación de ligereza que transmiten, unos descensos vertiginosos. En el taqueo hemos comprobado este buen agarre.

- En el caso de terrenos mixtos, cabe afirmar que correr con las Inov-8 Bare-Grip 200 por zonas asfaltadas es poco agradable, de acuerdo con la especialización de este modelo: la contundencia y separación de los tacos y la inexistente amortiguación aportan esa sensación aludida de correr montado sobre los tacos. Pese a ello, no resulta ningún problema realizar trayectos cortos de transición en asfalto, lamentablemente presentes en la inmensa mayoría de salidas y carreras que realizamos.

- El comportamiento en nieve no helada ha resultado también muy bueno: en salidas gloriosas con nieve recién caída el avance y la tracción nos han gustado mucho.

Con respecto a la durabilidad de estas zapatillas, cabe afirmar que la marca se ha esmerado en incrementarla. El grosor de la rejilla va en esta dirección y, pese a la poca duración del periodo de prueba, el resultado ha sido positivo. Ello es relevante, ya que el modelo anterior empezó a dar signos de flaqueza precisamente por el desgarro de la rejilla en la zona del dedo gordo de ambos pies.
Por otra parte el taqueado se halla intacto (pese a su blandura) con una excepción en uno de los tacos en la zona de los metatarsianos, que presenta un extraño corte no producido por el desgaste sinó por el impacto con algún objeto afilado.

Las zapatillas Inov-8 Bare-Grip 200 son un modelo de una tecnicidad más que evidente y orientadas a un público fiel a la doctrina del "barefoot running" que desee circular por terrenos de montaña de todo tipo pero con especial predilección por aquéllos blandos o rocosos. Pese a ello, nosotros que no somos integristas del minimalismo, también contemplamos realizar salidas con este tipo de zapatillas (y por el citado tipo de terreno) por el placer de encontrar una percepción extremadamente sensible del suelo que se pisa al mismo tiempo que, corriendo con zapatillas distintas, evitamos la adquisición de vicios relacionados con un solo tipo de zapatillas.

Los principales pros de este modelo se podrían resumir en las siguientes frases:
- Permiten correr por terrenos técnicos de acuerdo con la modalidad del barefoot running, que potencia la propiocepción y el trabajo anatómico directo del pie.
- Presentan un taqueado espectacular que se muestra tremendamente eficaz en terrenos blandos y en zonas rocosas.

Los contras derivan de las contrapartidas de su taqueado y de su nulo drop:
- Se muestran poco propicias para los terrenos duros, especialmente para el asfalto, por el engorroso rebote de tacos tan pronunciados de forma continuada.
- La ausencia de entresuela, la dureza de suela y la poca contundencia de las protecciones laterales pueden producir una excesiva percepción del terreno cuando encontramos rocas o piedras afiladas.