LONG DISTANCE

PROS:

- Fácil de transportar.

- Sabor refrescante (limón).


CONTRAS:

- Cuesta abrirlo con las manos sudadas/mojadas o con guantes.

- No lleva ninguna solapa de seguridad para no separar la cabeza del envase por si lo queremos volver a guardar aún medio lleno.

El Finisher Long Distance (de Kern Pharma), es un complemento alimenticio en forma de gel no denso, con sabor a limón y que no empalaga al ingerirlo, destinado a ayudarnos físicamente en nuestras salidas más largas. Contiene hidratos de carbono (maltodextrina + fructosa), y vitaminas C, B1, B6 y B12, además de no contener gluten, lactosa, soja ni huevo, y ser apto para veganos.

Viene en envases de 38,17 ml (50g con el envase), con unas pequeñas hendiduras en ambos extremos de la boquilla para facilitar su abertura y así ingerirlo, siempre a pequeños sorbos, porque en caso contrario sí que podría llegar a empalagar. Puede costar abrirlo si tenemos las manos sudadas/mojadas o con guantes. Su tamaño lo hace apto para guardarlo casi en cualquier bolsillo que tengamos.

En definitiva, un complemento útil en nuestra nutrición dirigido para aquellas salidas muy largas.

El envase del Finisher Long Distance ocupa más bien poco. Lo podemos llevar en un cinturón/riñonera, cualquier bolsillo de la mochila, e incluso en los bolsillos laterales o traseros de la mayoría de pantalones para Trail Running. Además, como el envase no va lleno del todo, se puede doblar sobre sí mismo, ocupando aún menos espacio, y sin temor a que este se pueda romper o rasgar.

El problema puede venir cuando no acabamos el contenido y lo queremos reservar para después, ya que en ese caso lo que haremos es doblarlo y meterlo en algún bolsillo. En nuestro caso lo introdujimos en la riñonera, pero el envase se volvió a desplegar y el contenido se vertió en el interior de la misma, traspasando incluso al pantalón y camiseta (con el consiguiente engorro que ello supone). La recomendación, pues, es la de estar seguros que el envase no se abra allá donde lo alojéis.

El envase del Finisher Long Distance no es ninguna novedad en el sector, puesto que la gran mayoría de geles energéticos comparten la forma y estructura. Tiene unos pequeños cortes en ambos lados de la boquilla para facilitar la apertura. Una vez hecho el corte, podemos ingerir el contenido succionando a la vez que apretamos el envase. Con una mano basta para poder ingerir el contenido, pero se necesitan las dos para abrirlo.

El gel no es muy denso, de manera que corre de manera bastante “líquida”, y no se tiene aquella sensación de estar comiendo en vez de estar bebiendo un gel.

Para vaciar el contenido, simplemente estrujamos el envase hasta que se vacíe (como si de apurar un tubo de pasta dental se tratase).

El sabor, a limón, nos ha parecido excelente (aunque eso, evidentemente, va a gustos). Tiene la potencia de dulzor justa para no empalagar, pero tampoco para dejarnos indiferentes. Eso sí, debemos intercalar los sorbos con agua, ya que si no, sí podría llegar a resultar demasiado dulce (de hecho, es la manera recomendable de ingerir un gel). En todo caso, de momento es el único sabor que presenta la marca.

Después de las pruebas (hemos consumido 6 geles en total), no hemos sufrido molestia o malestar estomacal en ninguna de las ocasiones, incluso alguna vez con el estómago casi vacío en salidas de más de 30 km.

Cuando llevas más de 3 horas en carrera, que es cuando hemos aprovechado para consumir  un Finisher Long Distance, el efecto “subida de azúcar” se nota; no vamos a notar súperpoderes ni mucho menos, evidentemente, pero sí una subida de energía (que será de más o de menos según el corredor en cuestión). Es como una leve sensación de mini-alivio (en cuanto a dolor muscular), y como de menos sensación de hambre y algo más de energía. En nuestro caso no duraba mucho, pero suficiente como para seguir corriendo con mayor comodidad física.

Por otro lado, no deja sensación de bajón repentino; más bien, los efectos van desapareciendo de manera paulatina y no de golpe, lo cual es de agradecer en salidas muy largas.