Lo primero que nos llama la atención cuando recibimos la caja con las Feline Vertical Pro es, como no puede ser de otra manera, su estética y colorido. Aunque ya estábamos advertidos de antemano, no deja de ser un verdadero Shock visual la combinación y mezcla de colores que ha realizado la gente de Dynafit en este modelo. Esta combinación de colores que diferencia el pie derecho del izquierdo ya lo habíamos visto en alguna de sus botas de esquí de montaña de la temporada pasada. Pero para el 2016 los colores verde y rosa pasan a ser los colores estandarte de su gama de competición tanto en esquí de montaña como en Trail Running. Así pues, nos encontramos con una zapatilla de cada color en cada una de nuestras manos, y no son colores discretos precisamente. En la zapatilla derecha domina el rosa en todo el upper, combinado con el verde en los cordones y la mediasuela, mientras que la zapatilla izquierda la combinación de colores es completamente inversa. Original, atrevido, descarado, valiente, chillón... son algunos de los adjetivos que se nos ocurren para describir la estética de estas Feline Vertical Pro de Dynafit, sin duda no vamos a pasar desapercibidos con ellas puestas.
Una vez fuera de la caja y todavía en nuestras manos nos sorprende, como no puede ser de otra manera, su ligereza. Los 240 g en talla 9US tienen la culpa de que se dibuje una gran sonrisa en nuestro rostro. Y es que no hace tanto tiempo en el que bajar de los 300 g en una zapatilla era motivo de asombro mayúsculo y hoy en día ya estamos en la carrera para ver quien consigue bajar de los 200 g consiguiendo al mismo tiempo, una zapatilla con buen comportamiento dinámico.
Cuando nos las calzamos, la sensación inicial es que tienen una horma más bien estrecha. Sin embargo, el upper suave y muy adaptable nos permite percibir como se ajustan perfectamente a la forma de nuestro pie, como si de un guante se tratara. Esta sensación envolvente del upper se consigue, en parte, debido a la ausencia de costuras y de refuerzos con grosor excesivo.
Llega ese momento que tanto nos gusta, calzarnos unas zapatillas nuevas. Abrimos el BOA, un simple click hacia fuera, afloja el sistema y se abre toda la boca de la zapatilla. El pie entra solo de una manera muy suave.
Un suave apriete, click, cerramos el BOA y basta dar unos giros para sentir como se aprieta la zapatilla de una manera uniforme. Giramos la rueda suavemente hasta que encontramos el punto de apriete que nos parece adecuada. Ya esta, que sencillo!
Una vez puestas, es lo más parecido a llevar unos pies de gato para escalar. Mucho más ligeras de lo que aparenta un chasis tan rígido, El tallaje es pequeño comparado con la “media” y sientes como la zapatilla recoge el pie. Son unas zapatillas muy muy afiladas y eso se deja notar sobretodo en la zona del upper y en la zona de los dedos.
Aparentemente no son muy cómodas, pero veremos que tal se portan con el paso de los kilómetros.
Y la suela… ayyyy la suela. Dynafit ha apostado por la casa Vibram apra desarorllar la suela de esta zapatilla. La comparación es un tanto extraña, pero creedme que la sensación es muy parecida a llevar unos crampones para hielo. Uno se siente un tanto lejos o separado del suelo pero confiado de que llevas algo en los pies que te va a pegar al suelo siempre que lo necesites.
