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Quechua
Quechua MT500.3
Antes de hablar del modelo en sí, en TrailRunningReview nos gusta analizar, incluso, la caja contenedora del modelo que vamos a testear. En este caso, nos hemos quedado con las ganas, pues las Quechua MT500.3 vienen "a pelo". Seguramente, por rebajar costes (una de los principales características en Decathlon), los chicos de la casa francesa obvian la caja y venden directamente este modelo tal cual. Si tenemos que analizar un producto a primera vista, antes de salir a correr con él, hay algunos elementos que nos ayudan a identificar si el producto nos va a satisfacer o no, una vez subamos a la montaña y empecemos a correr. Uno de ellos, y muy importante, es el peso. Hoy en día todas las marcas intentan innovar para llevar a nuestros pies productos de mucha calidad al mínimos peso, con mediasuelas ligeras, uppers minimalistas, y eliminando al máximo los detalles innecesarios. En el caso de la Quechua MT500.3, el peso nos ha sorprendido, muy muy ligero y más tratándose de un producto de gama media, con un precio super barato y enfocado a los practicantes iniciados al Trail Running. Y es que rondar los 300 gramos supone estar en la media de gramaje de muchas de las marcas actuales. Nos calzamos la Quechua MT500.3 y lo primero que notamos es la comodidad en general que desprenden, tanto en la suela del pie como en el tobillo, pero sobretodo es muy agradable la sensación de tener el pié sujeto pero con bastante libertad, sobretodo en la parte delantera. Eso es, sobretodo, debido al suave upper de este modelo, que nos da muy buenas vibraciones, ¡la verdad!. A la hora de atarnos los cordones, sufrimos un pequeño "accidente", pues el tirador del quicklace se rompió al hacer la presión necesaria para apretarnos la zapatilla. Desconocemos si esto es debido a un fallo de fábrica o de si le hemos dado demasiada fuerza y el quicklace de Quechua no soporta tanta presión. Así que al apretarnos el otro par, hemos tenido mas cuidado (dando la presión final sin usarlo) y, hasta la fecha, no ha vuelto a romperse. Una vez resuelto el problema con los cordones (con lo que nos gusta este sistema y que acabe fallando a la primera...), la sensación en general es de una sujeción algo extraña, pues notamos que nos envuelve el pié justo por la zona del 360 (que analizaremos mas tarde) pero por el resto la presión desaparece... ¿Se mantendrá esto en carrera? Tendremos que salir a probarlo, así que, ¡a la montaña!.
Autor: Pau Vives, Pau Tarrago
Fecha de publicación: 19/11/2014