ALPINE 9

PROS:

1. Calidad de los acabados.

2. Buena combinación de ligereza (pesa apenas 250 gramos) con una estructura muy sólida.

3. Fit envolvente y que minimiza el rebote

4. Versatilidad: posibilidad de llevar cantidades muy distintas de forma igualmente cómoda


CONTRAS:

1. Ciertos problemas de transpiración, especialmente en días calurosos.

La mochila Dynafit Alpine 9 es, sencilla y llanamente, una maravilla. Se trata de un producto cómodo, ligero, bien estructurado, versátil, estable, sencillo y con unos acabados espléndidos.

Se sitúa con sus 9 litros en mitad de la gama de mochilas de Dynafit, que ha sido renovada en este 2020. 

La mochila Dynafit Alpine 9 se configura alrededror de unos bolsillos centrales bien protegidos (incluso con una bolsa estanca) y a unos tirantes aprovechados al milímetro. Y el innovador cierre agiliza perfectamente las operaciones de quita y pon, al tiempo que contribuye a un gran fit general al ser decididamente regulable. Correr con un producto tan bien como la mochila Dynafit Alpine  pensado es verdaderamente placentero.

Es una mochila perfecta para todo corredor, y la hemos encontrado idónea para salidas de un largo día montañero y pensamos utilizarla en carreras de ultra distancia que no pasen de un día, pese a que la carga que aceptan es verdaderamente variable y, si uno es bastante minimalista con el material, incluso podríamos extender su uso a carreras más largas, con un material requerido similar al de UTMB.

La mochila Dynafit Alpine 9 posee todo tipo de soluciones para transportar líquido en carrera. El gran bolsillo posterior cerrado con cremallera posee los orificios necesarios para transportar una bolsa de hidratación, que no tiene ningún elemento para engancharse pero no se nos ha movido en absoluto cuando corríamos. Echamos de todos modos en falta algún dispositivo para fijar el tubo (el más cómodo es meterlo en uno de los bolsillitos de los tirantes para limitar su movimiento).

Además, la Dynafit Alpine 9 tiene dos pares de bolsillos aptos para el alojamiento de bidones. Dos de ellos están situados en los tirantes y, dadas sus dimensiones, están pensados para bidones blandos. Pese a que no son elásticos, la entrada y salida del bidón (que se transporta relativamente alto) es fácil, pudiéndose además beber directamente sin sacarlos. Hemos llevado en ellos soft flask de 250 ml, ya que los de 500 es imposible hacerlos entrar. En la parte posterior de la mochila encontramos los bolsillos pensados para bidones rígidos, que funciona perfectamente para contenedores de hasta 500-600 ml de líquido. El proceso de sacar y reintroducirlos en los orificios es fácil y poco forzado, pese a que menos inmediato que con los soft flask. Podemos por tanto escoger en esta mochila Dynafit Alpine 9, entre los dos sistemas que funcionan de manera solvente y tradicional, con el balanceo diferencial que ya conocemos entre los bidones frontales y los traseros. A partir de aquí, cada corredor puede decidir el que más le convenga. En nuestras salidas nos han parecido un poco insuficientes los bolsillos delanteros, ya que 250 ml se acaban muy rápido en un día caluroso de verano, y hemos encontrado más idóneos los bolsillos traseros.

La mochila Dynafit Alpine 9 se estructura en base a un cuerpo central con dos bolsillos principales. El primero, que tiene una cremallera superior de cierre, es el que puede contener mayor cantidad de material, y está destinado a aquello que no vamos a necesitar frecuentemente en carrera. Incorpora además un compartimiento estanco impermeable muy útil para transportar los pequeños objetos de valor, de capacidad más que aceptable (móvil+cartera+llaves, por ejemplo) y que si la mochila está vacía tiene la virtud de no rebotar en absoluto ya que se cuelga de una robusta costura superior que impide su balanceo.

El segundo bolsillo es el de emergencia: tejido elástico no impermeable y cerrado con velcro. Se abre y cierra en carrera con facilidad y es perfecto para alojar las prendas de abrigo o de protección, tan solicitadas en caso de tiempo variable o de recorrido cambiante.

En la parte baja de los tirantes de la Dynafit Alpine 9 tenemos dos bolsillos cerrados con cremallera que sorprenden por su gran capacidad. El hecho de que ocupan una posición muy retrasada les da la estabilidad que permite transitar con una carga relativamente voluminosa o pesada (por ejemplo: hemos podido alojar en ellos una decena de geles o incluso un cortavientos no necesariamente comprimible).

En el tirante derecho tenemos el ya célebre bolsillo en forma de carcaj típico de Dynafit, concebido para alojar puntualmente de un modo ciertamente ágil unos palos plegables. Pero si no utilizamos palos (o si estos son rígidos, o si preferimos llevarlos en la parte posterior), no creáis que el bolsillo es inútil, sino que permite transportar perfectamente todo tipo de objetos y, pese a que no va cerrado, con total seguridad y con una comodidad total, ya que es un acceso inmediato. Tenemos cierta debilidad por este bolsillo: hemos transportado en él el móvil, alguna prenda ligera o incluso bidones rígidos y, habida cuenta de su forma cónica, la verdad es que el rebote es mínimo y la accesibilidad máxima. Es una muy buena solución de transporte en esta mochila Dynafit Alpine 9.

En los tirantes, además de los bolsillos para los soft flask referidos, tenemos dos bolsillitos abiertos pequeños (no útiles si llevamos bidones en los tirantes) perfectos para algún objeto pequeño de emergencia (un par de geles o una barrita). Y unido con un velcro hallamos un pequeño bolsillo retraíble e impermeable apto para el transporte del móvil con una accesibilidad perfecta, inmediata. Pese a que tiene una capacidad nada desdeñable, es la única parte que tiene cierto rebotre al correr si lo cargamos demasiado. 

El comportamiento en carrera de la mochila Dynafit Alpine 9 es poco menos que perfecto. Nos ha gustado mucho. Su adaptación al cuerpo es verdaderamente buena, gracias a su forma de chaleco, a los tirantes muy anchos en toda su extensión y al cierre ventral, verdaderamente ingenioso: un ligero cordón elástico en forma de "Z" que se quita y pone en un segundo con dos cierres en forma de gancho. La mochila se quita y se pone con extrema facilidad y rapidez.

Un fit tan bueno permite que la carga no rebote. Incluso cuando va semi vacía y se alojan en ella pocos objetos, se mantiene estable.

Pero lo mejor de la mochila Dynafit Alpine 9 es la accesibilidad de todos los bolsillos y la comodidad en las operaciones de abrir y cerrar. Tan solo nos debemos sacar la mochila si queremos acceder al gran bolsillo con cremallera de la espalda.

La tela azul que cubre la mochila en casi toda su extensión es impermeable, pese a que no es estanca y cierta humedad acaba calando en su interior en caso de lluvia. Ello tiene su contrapartida, ya que las zonas de contacto con el cuerpo acaban rápidamente empapadas por el propio sudor, un hecho casi inevitable pero que en verano se agudiza. Sin embargo, el contenido de la mochila Dynafit Alpine 9 está a salvo de este sudor en todos sus compartimentos.

La zona de contacto con la espalda posee de todas formas una rejilla cómoda que posibilita incluso que la llevemos sin camiseta, ya que el tacto es agradable.

Después de un largo período de prueba con un uso intensivo, la mochila Dynafit Alpine 9 se mantiene perfectamente bien. Y, pese a su ligereza, el producto se ha mostrado decididamente robusto. No observamos ningún jirón en la tela ni ningún descosido en las costuras, y las cremalleras y los cierres están en perfecto estado, al igual que las gomas de cierre (que en la Dynafit Alpine 9 tienen un papel primordial).

Los lavados no han afectado en absoluto la funcionalidad ni la apariencia. Sin duda, necesitaríamos un período más largo para ser concluyentes en este aspecto, pero la mochila apunta muy buenas maneras en relación con la durabilidad.